Shiraishi Takahiro. El "asesino de Twitter"


Shiraishi Takahiro nació el 9 de Octubre de 1990 en Zama, Japón y tenía 27 años en el momento de los hechos. Vivía en un apartamento en Zama, al suroeste de Tokio, una ciudad en la Prefectura de Kanagawa.

Antes de mudarse a Zama trabajó atrayendo a mujeres para trabajar en burdeles y en la industria del sexo en Kabukicho, que es el barrio rojo más grande de Tokio. Durante este tiempo la gente empezó a advertir a los vecinos describiendolo como "espeluznante". Luego se mudo de Tokio a Zama en Agosto de 2017.

Takahiro tenía unas cinco cuentas en Twitter. Pero la más más importante y por lo que se le conoce a él y este caso es la llamada @hangingpro ("profesional del ahorcamiento"), en la que se hacía llamar "Verdugo" y en ella se ofrecía a ayudar a la gente con tendencias suicidas en dicha red social. En su muro podías leer mensajes como "No es difícil ahorcarse" o "Si no puedes ayudarte, yo te puedo ayudar". Dijo que nunca le había interesado el suicidio, pero que lo usó para atraer posibles víctimas. Las identificaba cuando ellas tuiteaban "Quiero morir" y luego les ofrecía ayuda para llevarlo a cabo o para estar a su lado. Según palabras de Takahiro "Era más fácil para mí convencer a la gente con preocupaciones y otros problemas y manipularlos."

Su primera víctima fue Miura Mizuki de 21 años a la que conoció en un parque. Takahiro se ganó la confianza de Mizuki y está lo ayudó a alquilar un apartamento en Zama y le transfirió a su cuenta 3700€. Luego para no devolverle el dinero la estranguló.

Su siguiente víctima sería el único hombre entre las nueve víctimas. Su nombre era Nishinaka Shogo, tenía 20 años. Era el novio de Mizuki. Y Takahiro lo mató cuando este fue a preguntar  y lo encaró por la desaparición de su novia.

Luego llevaría a su casa de Zama a siete mujeres y adolescentes que encontró en la red social. Entre ellas tres estudiantes Ishihara Kureha de 15 años, Kubo Natsumi de 17 años, Suda Akari de 17 años, la estudiante universitaria Sarashina Hinako de 19 años, Maruyama Kazumi de 25 años y Fujima Hitomi de 26 años.

La policía empezó a investigar la desaparición de Tamura Aiko de 23 años que había publicado a finales de Septiembre de 2017 un tweet en el que buscaba a alguien con quien quitarse la vida y Takahiro contestó "Muramos juntos". Fue el hermano de Aiko quien aviso a la policía tras entrar en la cuenta de Twitter de su hermana y ver una conversación extraña entre ella y Takahiro.

En la mañana del 31 de Octubre de 2017 los agentes entraron en la casa de Takahiro pero nunca se esperarían lo que encontraron. La policía encontró restos humanos dentro de cajas y neveras portátiles. Takahiro admitió que mató a las nueve víctimas en su casa desde Agosto de 2017 hasta Octubre de 2017. Dentro de las cajas y las neveras los investigadores encontraron cabezas, miembros y otros restos humanos desmembrados, y también unos 240 huesos.

Takahiro le dijo a la policía que "no podía tirar los cuerpos por miedo a ser atrapado". Además la policía explicó que al principio le llevaba tres días descuartizar un cadáver pero que a partir de la segunda víctima no tardaba más de un día. Takahiro desmembró los cuerpos en la bañera que tenía en su apartamento, tiró algunos restos a la basura y se cree que empleó una sierra que fue hallada en el escenario del crimen.

El tribunal de Japón condenó el 15 de Diciembre de 2020 a Shiraishi Takahiro a pena de muerte. Fue declarado culpable por la Sección de Tachikawa del Tribunal del Distrito de Tokio por robar, asesinar, desmembrar y almacenar los cuerpos de las víctimas. El juez, Yano Naokuni, dictaminó que ninguna de las víctimas dio su consentimiento y que Takahiro es mentalmente capaz de asumir su responsabilidad. 

El punto de la defensa era que el acusado si obtuvo el consentimiento de las víctimas pero el testimonio de Takahiro donde afirmó que las víctimas se resistieron al estrangulamiento desmonto esa teoría. Su motivo era el robo y agredir sexualmente a las víctimas femeninas. El juez dijo que el caso había causado una enorme "conmoción y ansiedad" al país. "Es extremadamente grave que se haya quitado la vida a nueve jóvenes. Se pisoteó la dignidad de las víctimas."

Japón suele reservar la pena de muerte para condenados por múltiples asesinatos y las ejecuciones se llevan a cabo en la horca.

Takahiro decidió no apelar aunque fuera condenado a la pena capital. Ahora está esperando su ejecución

Tras conocer su sentencia de muerte Takahiro a dicho que antes de ser ejecutado le gustaría casarse. "Quiero conocer a una chica normal.". A sus 30 años a comentado "Me quiero casar. Quiero encontrar una cónyuge mientras estoy en la cárcel."

Por desgracia sus nueve víctimas no podrán tener la opción de casarse y tener una vida normal nunca más.

*Si eres de España y necesitas ayuda puedes llamar al teléfono de la Esperanza que es el 717 003 717 o ir a su página web www.telefonodelaesperanza.org y también dispones de un número de teléfono gratuito que es el 024. Ambos son anónimos y confidenciales.*

Comentarios

  1. Vaya no se ni que decir, a donde puede llegar la locura de un hombre. Y tampoco entiendo muy bien su último deseo. En fin creo que tuvo el final que se merecía.

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