Jayme Closs

 


Era un lunes, 15 de octubre del 2018, en casa de la familia Closs en la zona rural de Barrón en Wisconsin (Estados Unidos). La familia estaba compuesta por tres miembros, el padre James Closs (56 años), la madre Denise Closs (46 años) y la única hija de la familia, de 13 años, Jamye Lynn Closs. 

Sobre las 12:53 a.m, Jake Patterson se acercó a la puerta de la familia con una escopeta de acción de bombeo, vestido con una chaqueta negra y una máscara de esquí, gritó "abre la maldita puerta!". El padre vio a Jake por la ventana de la puerta entonces Jake disparó, alcanzando al padre que murió en el acto. Acto seguido entró en la casa y fue por todas las habitaciones. Descubrió que la puerta del baño estaba cerrada y la derribó, dentro Denise consola a Jayme y llamaba al 911, el cuál pudo oír todo lo que estaba pasando. Jake le ató los tobillos y muñecas a Jayme después mató de un disparo a Denise ya "que no quería dejar testigos". 

Jayme fue arrastrada hasta el coche de Patterson quien la introdujo en el maletero. La policia llegó a los cuatro minutos de la llamada. Patterson les dijo a los agentes que estuvo 20 segundos parado en el camino mientras los policías pasaban rápidamente hacia la casa de los Closs. Si 20 segundos antes la policía hubiera llegado a la casa hubieran podido arrestar a Jake. Los vecinos no alertaron a las autoridades al escuchar los disparos porque era una zona común de caza.

Al parecer Petterson vió a Jayme bajar del bus escolar y se enamoró de ella y en ese momento decidió secuestrarla. Más adelante se sabría que el día 5 de octubre del mismo año, Jake Petterson se acercó a la casa de los Closs pero al ver actividad tenía miedo de dejar testigos. También lo intentó una segunda vez dos días después pero una vez más tuvo miedo de dejar testigos. Por desgracia, la tercera vez tuvo éxito.

Los voluntarios buscaron cerca de la casa. El 26 de octubre, se ofreció una recompensa de 50.000$. Los investigadores tuvieron más de 2.000 avisos y revisaron casi el total de ellos. Los investigadores seguían sin sospechosos.

Por otro lado, Jayme estaba secuestrada y su captor le dijo que cada vez que un miembro de su familia o amigos vinieran a la casa ella tendría que ocultarse debajo de la cama para que no la vieran. Cuando Patterson salía de la casa la aísla a debajo de la cama con bolsas, cubos de ropa y pesas apiladas alrededor. Los sábados tenía que dormir debajo de la cama gemela de Patterson cuando su familia lo visitaba. En una ocasión la golpeó porque pensó que no se había quedado debajo de la cama. En Navidad amenazó a Jayme con matarla si no se quedaba quieta en el lugar que el le había dicho.

El 10 de Enero del 2019, 88 días después del secuestro, Patterson le dijo que se iría un par de horas y la puso debajo de la cama como era rutina habitual. Al irse, Jayme apartó los objetos alrededor lo suficiente para poder salir y corrió fuera con tan solo una camiseta ligera, unos leggins y un par de zapatillas para la nieve que eran de Patterson.

Después de correr y correr, Jayme encontró a una señora paseando a su perro y la señora rapidamente la reconoció de las noticias y la llevó a casa de una vecina y llamaron a la policía. Las vecinas la describieron como tranquila, callada, aturdida y sorprendida por ser reconocida. 

Al llegar la policía cerca de las 16:45 Jayme describió a Patterson y al vehículo del mismo y gracias a eso en unos minutos, al llegar Jake al refugio propiedad de su padre en Gordon, Wisconsin, donde Jayme estuvo los 88 angustiosos días. Cuando el agente lo detuvo, Jake Patterson salió del coche y dijo: "Lo hice". 

Jayme fue ingresada bajo vigilancia en un hospital y a la mañana siguiente pudo irse con su tía a la casa de esta. Y estar rodeada de la gente que la quería.

Jake Patterson fue detenido y confesó el secuestro de Jayme y los asesinatos de James y Denise. Se declaró culpable de dos cargos de homicidio en primer grado y un cargo de secuestro. El 24 de mayo del 2019 Petterson fue sentenciado a dos cadenas perpetuas sin posibilidad de condicional más 40 años. 

Al final Jayme Closs salvó su propia vida con valentía. Una auténtica superviviente. 

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